El pequeño salvaje
Si normalmente la educación es considerada
como un camino costoso, resulta mucho más difícil enseñar a personas que han
pasado por una situación de marginalidad, ya sea por abandono, malos
tratos, aislamientos...
A partir del siglo XIX, este fenómeno empezó a tener un gran peso y
tanto médicos, pedagogos y psicólogos, entre otros, empezaron a estudiarlo, y
muchas veces se refrían a la persona marginada como “salvaje”. Incluso en el
ámbito literario encontramos casos de niños abandonados, aunque no en un contexto
científico; destacamos la obra de Rudyard Kipling, El libro de la selva, que trata la historia de una
familia que es atacada por un tigre y, en dicho ataque, estos pierden a su hijo pequeño.
Este aparece en la cueva de una familia de lobos quienes lo incorporan a su
mundo. Esta historia resulta curiosa, pues lo que hace la familia de lobos es exactamente
lo que querían hacer todos los científicos citados en el principio del texto: querían adaptar a la criatura salvaje, aportándole lo que ellos entendían por
una educación, la cual sería implantada de forma no ética.
Más tarde, en 1918, se rueda una película con un guión basado
en la obra de Kipling: Tarzán de los monos. Esta película trata de cambiar la
figura del joven salvaje, intentando crear un héroe ficticio. Sin embargo,
tanto Mogli como Tarzán, no muestran en ningún momento una pérdida de la
humanidad y, en cambio, destacan por tener habilidades propias de animales.
Por otra parte, 42 años más tarde del estreno de la película
de Tarzán, se estrena la primera película, basadas en hechos reales, sobre el
caso de un niño salvaje: El niño salvaje de Traffaut. Esta película refleja el
diario escrito por el médico-pedagogo Jean Itard, quien se dedicó a educar, socializar
y aplicar un aprendizaje de lo moral al niño abandonado. Este hecho fue un gran
choque para la sociedad, pues se dieron cuenta de que una persona debe de ser educada.
Sin embargo, aunque intentase adaptar a Victor a la sociedad, basándose su ensañamiento en la época en que vivían, lo hacía mediante una forma de educar poco ética;
incluso, diría yo, que lo hizo con el fin de conseguir cierto reconocimiento.
Otros casos de niños salvajes
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